Nota sobre la discusión planteada en relación a la pulsión parcial y el pasaje del autoerotismo a la elección de objeto en la clase del 24/09/2010 dictada por Carmela Sánchez de Bustamante.

En la clase anterior, a partir de lo expuesto por Carmela Sánchez de Bustamante anterior algunas preguntas relacionadas en torno al concepto de pulsión parcial y fases libidinales, estas son:
1. ¿Qué se entiende por pulsión parcial?
2. ¿De qué manera se puede establecer una conexión entre los siguientes estadios?:




Fase oral – anal – fálica - periodo de latencia - genital

Pulsiones parciales
Libido de objeto
Autoerotismo – Narcisismo –
Elección de objeto



Se me ha encomendado una pequeña contribución para contribuir a una construcción colectiva de respuestas a estas preguntas a lo que respondo diciendo que he encontrado en la bibliografía freudiana algunos pasajes que cito a continuación:
En “Mi tesis sobre la sexualidad en la etiología de la neurosis” (Freud, 1906: 269) dice que “la disposición sexual constitucional del niño es enormemente más variada de lo que podría creerse; merece ser llamada “perversa polimorfa”, y el comportamiento de la función sexual llamada normal surge de esa disposición. La norma resultó ser el fruto de la represión de ciertos componentes de las disposiciones {constitucionales} infantiles, y de la subordinación de los restantes bajo el primado de las zonas genitales y al servicio de la función de la reproducción; las perversiones correspondían a perturbaciones de esta síntesis por obra del desarrollo hiperpotente, como compulsivo, de alguna de esas pulsiones parciales; y en cuanto a la neurosis, la reconduje a una represión excesiva de las aspiraciones libidinosas”.
En “Carácter y erotismo anal” (Freud, 1908: 154) dice que “la pulsión sexual del ser humano es en extremo compuesta, nace por las contribuciones de numerosos componentes y pulsiones parciales. Aportes esenciales a la excitación sexual prestan las excitaciones periféricas de ciertas partes privilegiadas del cuerpo (genitales, boca, ano, uretra) que merecen el nombre de zona erógena”.
Encuentro en “La moral sexual “cultural” y la nerviosidad moderna (Freud, 1908: 168), algo más. Hablando del antagonismo entre satisfacción pulsional y progreso cultural dice que “la pulsión sexual del ser humano –o mejor dicho: las pulsiones sexuales, pues una indagación analítica enseña que está compuesta por muchas pulsiones parciales… no está al servicio de la reproducción, sino que tiene por meta determinadas variedades de la ganancia de placer.
Por eso se las llama de esta manera, porque constituyen de manera parcial una pulsión más compleja en su contenido que es la sexual y, como reitera en “Contribución a la historia del movimiento psicoanalítico” (Freud, 1914: 37) “la pulsión sexual tiene en su contenido porciones que se vuelven inutilizables a la función de la reproducción”, es decir que la sexualidad humana no sólo no se limita a la reproducción sino que la satisfacción se localiza no sólo en los genitales, sino que existen otros componentes que si bien aparecen de manera parcial en la infancia, pueden volverse autónomos y exclusivos para la vida sexual adulta del ser humano.
Entonces en relación a las pulsiones parciales puede decirse que son tales porque “constituyen especies pertenecientes a la pulsión sexual en general, y también porque tienden en un principio a la satisfacción independientemente una de otras, pero en el curso del desarrollo se agrupan y se centran cada vez más” (Laplanche y Pontalis 1996: 331-2), lo cual se puede enlazar, creo yo, al pasaje del autoerotismo al amor de objeto que planteaba Carmela la clase anterior. Para esto cito otro pasaje de la “La moral sexual “cultural” y la nerviosidad moderna (Freud, 1908: 169) que dice “Así, la pulsión, se exterioriza en la infancia, donde obtiene no sólo en los genitales, sino en otros lugares del cuerpo (zonas erógenas), su meta de alcanzar placer, y puede prescindir de otros objetos ya que estos le resultan tan cómodos. A este estadio lo llamamos autoerotismo, y asignamos a la educación la tarea de limitarlo, porque la permanencia en él haría que la pulsión sexual no se pudiera gobernar ni valorizar en el futuro. El desarrollo de la pulsión sexual pasa luego del autoerotismo al amor de objeto, y de la autonomía de las zonas erógenas a la subordinación de ellas bajo el primado de los genitales puestos al servicio de la reproducción”. Aquí se puede apreciar que Freud pasa del autoerotismo a la elección de objeto sin nombrar el Narcisismo ya que es una teorización posterior, sin embargo ya entiende a la pulsión sexual del ser humano como una síntesis compuesta por numerosas pulsiones parciales que tienen su fuente en diferentes zonas erógenas del cuerpo.
En “Sobre un caso de paranoia descrito autobiográficamente, (Schreber)” (Freud: 1911: 56) encuentro un nuevo punto que creo que trae ayuda a este pequeño debate y que dice “El individuo empeñado en el desarrollo sintetiza en una unidad sus pulsiones sexuales de actividad autoerótica, para ganar un objeto de amor, se toma primero a sí mismo, a su cuerpo propio, antes de pasar de este a la elección de objeto de una persona ajena…Una fase así, mediadora entre el autoerotismo y elección de objeto, es quizá de rigor normal; parece que numerosas personas demoran en ella un tiempo insólitamente largo y que desde ese estado es mucho lo que queda pendiente para ulteriores fases del desarrollo”.


Sergio Higa
San Salvador de Jujuy, octubre de 2010

Bibliografía
Sigmund Freud, Obras completas, Amorrortu Editores, Buenos AiresJean Laplanche, Jean-Bernard Pontalis, “Diccionario de Psicoanálisis”, 2006, Paidós, Buenos Aires